Preguntar y pensar todo es empezar

 

Hay preguntas que tienen gato encerrado. Cuando estés  inmovilizado ante una idea, pregúntate diversas cosas sobre ella. El cerebro está acostumbrado a responder, no sabe callarse… cuando no sabe qué decir bucea, busca y te cuenta… suelta al gato.

Pregúntate y aprovecha las respuestas.

El momento en el que más aprendemos es el de la niñez en el que no paramos de hacer preguntas, buscar soluciones … sin reparos, sin vergüenza, casi como una necesidad.

Estamos acostumbrados a buscar soluciones en las redes, pero no a hacernos preguntas que nos lleven más allá de Google. Sé que me entiendes.

El verano es un buen momento para hacerse preguntas, ya ves que septiembre está lleno de decisiones: es el mes en que más gente da vuelto al mundo laboral, que decide emprender cosas, que se separa…

Gente que parecía indolente bajo la sombrilla o sonriente en el chiringuito o siguiendo el ritmo de la música  con los dedos mientras consulta su móvil…

Gente que realmente está trabajando en lo suyo, uniendo ocio y negocio, uniendo sueños y realidades, buscando salidas, encontrando respuestas.

Normalmente utilizamos el lenguaje interno para ponernos a parir, para machacarnos en el error, pero no para que nos diga donde esta la puerta de salida, la idea brillante, la solución adecuada….

En el día a día nos hacemos pocas preguntas, tenemos los pensamientos programados, las tareas prefijadas, los trayectos controlados, los sueños apagados, el lenguaje interno en modo saboteador. Hablamos por el móvil para no pensar, miramos mil veces los mensajes para no meditar, nos negamos el derecho a la pregunta y la reflexión…

Atrévete a preguntarte cosas:

·       ¿Estoy contento con la vida que llevo?

·       ¿Qué otra cosa podría hacer?

·       ¿Compraría algo o haría alianzas con alguien como yo?

·       ¿Tengo claro qué vendo y cuál es la diferencia de la diferencia que vendo?

·       ¿Qué me sobra y que me falta?

·       ¿Cómo van mis redes y mi web, me da pereza mirarlas hasta a mi mismo?

·       ¿Qué quiere de verdad la gente y qué le ofrezco?

·       ¿Sirvo para emprender?

·       ¿Qué le aconsejaría a alguien como yo?

·       ¿Las cuentas salen o no salen?

·       ¿Cómo me hablo, me quiero?

·       ¿Qué me hace perder los nervios?

·       ¿Cuál es mi cliente ideal?

·       ¿Cómo puedo afrontar esa conversación difícil?

·       ¿Cómo hablo con los míos?

·       ¿Me gusta mi marca personal y corporativa?

Hay miles de preguntas que buscan soluciones y que puedes hacerte con la sonrisa puesta, la cerveza en la mano y la vista puesta en el árbol o en el mar.

No te engañes ni en verano tu cabeza permanece en silencio. tu cabeza, rumia… enséñala a ordenar y pensar a base de preguntas… eso lo hacían en Grecia,

Una buena comunicación comienza en el lenguaje interno, una buena empresa comienza en una idea, una buena solución es la respuesta a una pregunta.

Hazte preguntas necesarias, preguntas abiertas, directas, preguntas incómodas, preguntas sobre todos los temas que sabes que no funcionan, esas que te dan vergüenza, que te dan pereza, o que te dan la risa… Las respuestas te alumbrarán puntos ciegos, pondrán foco sobre aspectos olvidados o dejados, te ayudarán a hablar contigo mismo, a preparar charlas difíciles, a tener más claro lo que haces, cómo explicarlo, cómo mejorarlo. Te harán pensar, reírte de ti mismo, y preparar mejor la vuelta a la rutina.

La gente cree que la comunicación es una habilidad blanda y olvida que las habilidades blandas nos hacen fuertes. La comunicación te ayuda a conocerte, explicarte, poner el foco sobre ti  y sobre puntos de vista que la pereza no te deja ver.

Decía Tagore, que hacer preguntas es prueba de que se piensa… Sócrates estableció el aprendizaje mediante el debate… Pregúntate cosas … déjate sorprender por tu cabeza. Y luego si vale la pena, escríbelo, míralo, compruébalo, hazlo.

#Comunicacionfriendly, #communicationfriendly, #preguntasparavivir