Con el paso del tiempo me doy cuenta de que una de las cosas que hace más atractiva a una persona es la cantidad de nuevos ingredientes que tiene su forma de hablar, su forma de comunicarse.

  • Las personas que tienen buenas anécdotas y sentido del humor son más nutritivas, que diría Goleman, son aquellas que atraen, que te hacen desear seguir escuchándolas. No son panfletarias, son divertidas, saben salir de situaciones grises, tensas o aburridas y conocen los métodos para devolver la alegría a una comunicación que pierde fuelle. Un tío triste es un triste tío, y un empresario sin sonrisa, es un empresario sin clientes.
  • Las personas que viajan y están en contacto con otras no solo tienen la enorme suerte de hablar idiomas o atreverse a chapurrearlos, son personas que además saben incorporar a su habla cotidiana, palabras llegadas de muy lejos. Palabras canarias que cuando hablas con un canario pueden ofrecer un guiño de complicidad; nombres de guisos manchegos, que pueden ayudarte a poner una sonrisa, expresiones andaluzas que pueden provocar cercanía… Comunicación que conecta gente con gente
  • Las personas que leen, y que se dejan empapar por lo que leen, haciendo suyas muchas ideas, son enormemente atractivas. Hablan con más perspectiva, más vocabulario, más cultura… Comunican nuevas ideas, nuevos autores, nuevos vocablos, modas…

Cultura y pedantería no son la misma cosa y solo quien es un burro puede asimilarlas. Un pedorro es un aburrido que aburre a otras personas, una persona culta es alguien con condimentos, que sabe poner en la conversación puntos de vista nuevos.

En tu comunicación ¿enriqueces o quemas? ¿Cuáles son tus condimentos?

Lee, también en verano, ya no hay excusas, en papel, digital… los libros, los artículos, los reportajes te lo ponen fácil.

Cuida los condimentos de tu comunicación.