De lo que más ocupa y preocupa en estos momentos a las personas que me consultan es si la forma que tienen de comunicar, comunica… es decir si se les entiende.

En esta época en que para ser moderno hay que tirar de miles de anglicismos, muchos compañeros sobre todo los que se dedican a páginas webs, a SEO y todas estas cosas me dicen que a veces se sienten incomprendidos por los clientes…

A voz de pronto te diría tres cosas

  • El cliente es el protagonista y el rey del negocio, sin él, no existes… y lo más importante es que exista en tu órbita de trabajo. Ser genial, entendido, y doctorado está estupendo, pero ser tan redicho y tan pedante como para provocar alejamiento, no. Igual que se dice que en una relación, una educación excesiva es una barrera… un exceso de anglicismos, palabras técnicas, etc. provocan alejamiento, desconfianza y ruptura por parte del cliente. Veo a gente que quiere ir de estupenda y de entendida en la materia, ve solo de gente que quiere ayudar a gente. Las relaciones asimétricas en las que uno se cree más que el otro, o habla con términos que el otro no entiende… están destinadas al fracaso. El respeto y la empatía son los mejores aliados
  • Cuando no eres capaz de transmitir exactamente lo que haces para que todo el mundo lo entienda, es que no tienes bien asumido lo que haces, ni todos los posibilidades que puedes brindar a multitud de clientes. ¿Eres capaz de explicar quiénes son los Reyes Magos a un niño de 5 años, a un inglés, a un señor de 80 o una vedette de 40? Eso es que lo tienes interiorizado. Igual tiene que pasar con tus ideas, tu negocio o tu propuesta de ventas. ¿Sabes cuál es tu discurso, tu cartel de venta… lo que tienes que decir… en las circunstancias y ante personas más diversas?
  • Dicen que un negocio sale adelante cuando eres capaz de encontrar tu cliente ideal, tu nicho de mercado. Encuéntralo y adáptate. Haz tú el esfuerzo de adaptarte, él va a hacer el esfuerzo de pagarte.

Veo gente tan perdida con las redes sociales, tan ojiplática ante el discurso que ofrecen algunos sobre técnicas de nombre imposible… que no sé quién me da más pena… el que se perdió un minuto y se alejó cortado por no entender nada; o el que perdió un cliente por no saber explicarse.