Hablaba el otro día con @Evaluque sobre la necesidad que tienen sobre todo los emprendedores de ir cambiando y adaptando su marca personal al cambio de actividad y de entorno. Si eres emprendedor sabes muy bien de lo que te hablo; si trabajas en una empresa, también. La evolución de la marca le afecta a unos y otros, a los profesionales independientes y a los que trabajan por cuenta ajena pero ven cómo su papel dentro de las empresas cambia, cómo las marcas corporativas también cambian.

Muchos de nosotros hemos comenzado una nueva vida hace unos cinco o seis años. Salimos de la cueva de un trabajo fijo y de la zona de confort agarrándonos a unos conocimientos, pensando en los clientes que veíamos más cercanos… tal y como era el mundo hace cinco o seis años.

Lo que sucede es que nosotros, los de entonces, dijo el poeta, ya no somos los mismos. Pero dejamos nuestra marca exactamente igual en LinkedIn y variamos poco la forma de presentarnos a un cliente, o de mostrar nuestro trabajo en la web.

Tenemos la idea de que cuando uno empieza a trabajar y comienza a arrancar, lo de la marca queda ya para el siguiente que decide emprender.

Te digo que no. Estamos en diciembre. Buen mes para analizar, sopesar y tirar de reciclaje o tirar, así como suena, tu marca, y reorientarla de nuevo.

Mírate en LinkedIn, mira tu foto, tu presentación… piensa a qué cliente querías llegar y a cuál llega ahora, cuál era la base de tu negocio y cuál es ahora… Piensa en lo que pones y destacas… y ahora cae en la cuenta de lo que falta: las áreas nuevas en las que estás trabajando, los casos de éxito que ya tienes, las recomendaciones…  Reconoce que cuando empezaste pensabas que el negocio era de otra manera, lo que al cliente le interesaba era otra cosa, lo que tu podías ofrecer era mucho menos que ahora. Tomate un café contigo mismo, háblalo, discútelo, y comienza a quitarte la caspa.

Mira tus tarjetas… piensa si ya tienen algo que ver contigo… si el teléfono es de lo que más tachas porque ya no es el mismo… si la dirección ha cambiado…

Ahora mira tu página web y cuéntame si la has renovado, si ha ido evolucionando contigo o si se ha convertido en una mala imagen de marca de lo que haces ahora.

Créeme, tienes que mirar todo lo que compone la parte visible de tu marca personal y ver si es coherente y realista con tu actividad, con tu misión, con tu valor… con tu marca. Los estudios aseguran que los emprendedores arrancan al principio con más voluntad que pericia, y es la realidad la que les va colocando en su sitio. Menos mal que existe esa realidad, y que el negocio se reorienta en los primeros años de vida, porque muchos no sabían cuando empezaron a dónde iban, ni con qué socios iban. Experimentan muchos cambios en los primeros años, incorporan muchos conocimientos, varían diversos aspectos de su negocio para adaptarse a la realidad.

Ellos cambian, pero no reorientan su marca, no la hacen evolucionar. Eso, piensan, lo hicieron al emprender. Pusieron mucho énfasis en la web, las redes, las tarjetas… pero cuando pasan los años, ya no se piensa más en ello. Los contenidos son los mismos, las webs antiguas, las fotos irreconocibles.

Sonríes porque sabes que hace siglos que no miras ni la página ni las redes con espíritu crítico o con espíritu innovador… porque tienes la misma marca de cuando comenzaste. No vale, quítate la caspa. Empéñate en dar la mejor versión de ti. Fíjate en los detergentes, en los coches… siempre ponen “nuevo”.

Recíclate en tus redes, en tu identidad digital … para que también ellas evolucionen contigo… Nadie te pide estar en ellas, pero si has decidido hacerlo, intenta que tu escaparate no esté antiguo ni lleno de telarañas. Recíclate o te molestará saber que para los demás te has quedado detenido en el tiempo, en el momento en el que empezaste tu nuevo camino… serás casi una foto en sepia.

 Dos veces al año por lo menos date una vuelta por tus perfiles, por tu web, por tus tarjetas…

Cuando doy cursos de turismo les digo que me sorprendo a veces con web antiguas que muestran fotos de los hoteles antes de hacer la reforma…

Cuando veo algunas marcas personales echo de menos algunas cosas… por ejemplo casos de éxito que sé que ya tienen, o conocimientos y habilidades que han adquirido.

Dale una vuelta y déjate asesorar por expertos. Déjanos mejorar tu página web, mejorar tus redes, ayudarte a ser más visible y con una marca personal más eficaz.

Dedícate a ti esta Navidad, púlete, saca brillo a ese diamante llamado tú … que el 2018 te acompañe con una marca en la que brilles.