En el mundo de los negocios, en el del emprendimiento, en el de la crisis laboral… nos enseñan que no cerremos puertas, que no digamos nunca, ni jamás… que lo sustituyamos por un no es el momento, más tarde…
Cada uno hace con el sí o con el no, lo que le viene en gana, pero yo he aprendido que a veces hay que decir sencillamente no:

  1. No a los que 2, 3, 4, y siempre te llaman para que les eches una mano gratis, porque cuando el negocio vaya bien se acordarán de ti… Acuérdate tú también de tu negocio, y fija cómo es ese futuro para ti… Es verdad que para recibir hay que dar, pero recibir ¿qué?
  2. No a los que siempre te pagan dándote visibilidad, visibilidad, visibilidad, visibili… ¿¿¿¿qué????
  3. No a los gorrones de ideas.
  4. No a los quema agendas profesionales, esos que abusan de la confianza de tus amigos, y te dejan con la boca abierta.
  5. No a los trabajos donde no sepas hacerlo bien… un mal comentario cunde más que cien buenos…
  6. No a los clientes que dan cien vueltas a los trabajos, mil excusas para no pagar, y te tienen millones de minutos al teléfono. No son clientes son roba energías.
  7. No al miedo que atenaza: la prudencia es buena para comenzar cualquier empresa, pero es dañina si implica un no a la audacia, a la imaginación y al arrojo.