Estás leyendo esto y estás comunicando. Estás quieto, callado, mirando el texto y estás comunicando. Digo en mis cursos que comunicamos incluso cuando creemos que no lo hacemos. Nuestro color de cabello, nuestros zapatos, nuestros calcetines hablan sin parar de cada uno de nosotros… nuestros abrigos cuentan cual es nuestra relación con el frío, con el deporte, con la comodidad… nuestro reloj marca la calidad de nuestro tiempo, la capacidad de preocuparnos de accesorios que ya han sido sustituidos por el móvil…

Hay muchas formas de ser parte de una tribu, y pertenecer a un grupo o a otro es una forma de comunicarle al mundo toda una lista de sueños, de intenciones, de metas..

Hay estudios que dicen que en pocos segundos alguien avispado podría hacernos un retrato robot de quién somos y qué pretendemos… podría hacerlo solo analizando nuestra forma de vestir, de peinarnos, de movernos… sin dar detalles… como si fueran magos que cambiaran naipes por mechas y aromas…

Soltamos la semana negra de los regalos con descuento y comenzamos las semanas de los regalos de Navidad con lazos rojos. Llenamos las bolsas y sonreímos satisfechos porque encontramos buenos precios para obsequiar a los que nos rodean. Y pensamos que son cosas, y realmente son titulares sobre lo que pensamos de ellos o por lo menos de nuestra relación con ellos.

Al final los regalos comunican lo que sentimos por la otra persona, y comunican incluso cómo la vemos. La marca personal, su papel en la empresa, su situación económica, sentimental… todo influye a la hora de escoger regalos para los demás y comunicar no solo lo que sentimos hacia ellos sino cómo los vemos en la sociedad.

Díme que le regalas y te diré cómo lo ves, cómo lo sientes, qué le quieres decir…

La corbata anodina que dice que llevas mucho tiempo en mi vida, que ya hay más confianza que pasión y que no tengo tiempo de dedicarte la creatividad que tengo que dedicarle a otros.

La ropa de deporte que habla sola, y que me dice que te veo activo, ágil, dueño de tu tiempo y con ganas de hacer cosas.

Los regalos de los niños que me dicta la televisión y sus redes y con los que intento mantener la paz y la calma también debajo del árbol.

Cuando hacemos regalos no solo decimos que nos acordamos de la otra persona sino que le decimos cómo y de qué forma lo hacemos.

Quizá por eso cada vez más la gente regala experiencias, caras o baratas, pero experiencias que llevan mas allá de las cosas el recuerdo. Experiencias que se llenan de palabras, de gestos, de una comunicación más expansiva y más racional. La comunicación empaquetada en regalo da menos de si que la comunicación que sale de horas de hacer algo juntos.

Cuantas más palabras te regalo más cerca estoy de ti, más te conozco y más te entiendo…más recuerdos tenemos juntos, y al fin y al cabo somos las conversaciones y los recuerdos que tenemos con los demás.

Los regalos hablan mucho. Comunican.  Piensa que es lo que quieres decirle, y qué quieres que sepa de ti. La comunicación empaquetada se lo dirá.