La mayoría de los emprendedores y de los empresarios no dedican un minuto de su vida a pensar en la comunicación. Trabajan mucho, tienen un producto estupendo, pero a no ser que tengan también dinero para tener un equipo estupendo de comunicación se quedan perdidos en el mundo invisible de los que no tienen tiempo ni nada que contar.

A menudo a todos ellos, a los más reacios, les pregunto ¿Cómo me contarías lo que haces?, ¿cómo venderías tu negocio?, ¿cómo podrías llegar a más gente?

He tenido la suerte de ofrecer cursos y conferencias interactivas a más de mil emprendedores y pequeños empresarios y de la práctica de todo ello he llegado a conclusiones que no son científicas, pero si útiles.

  1. Cuando estés reventad@ en el sofá: Pon una silla vacía, como haría Bezos, mandamás de Amazon y piensa de verdad quién es tu cliente. Ponle cara, ponle sueldo, familia, coche, colonia … y necesidad de comprar lo que tú le ofreces…No pienses en lo que tú quieres vender, piensa en lo que el quiere y está dispuesto a comprar por el dinero que pides.
  2. Estudia qué es lo que hace mejor que tú la competencia, y si es posible procede a arreglar el negocio antes de sacarlo a la calle.
  3. Dedícate en el coche, en la ducha o dónde quieras a pensar que es lo que vas a decir. Escoge dos o tres ideas. No más. Vacía la cabeza. Primera ley, empatizar. Segunda, no aturdir.
  4. Ordenar ideas supone saber también qué es lo que no vas a decir, y tener preparado lo que siempre te preguntan… suelen ser los puntos más débiles…  
  5. Una cabeza limpia produce un mensaje ordenado. Solo lo sabrás cuando lo digas en alto. Cuando uno piensa todo parece sencillo. Cuando lo dices en alto, entonces te das cuenta. Quítale todas las coletillas, mmmmm, agggg… palabras técnicas, frases subordinadas que te hacen meterte en jardines …
  6. No eres un desastre. Los demás llevamos quitando algunos minutos de todas partes para pensar en lo que vamos a decir. Es cuestión de conocer bien al cliente, conocer bien el producto y sobre todo conocerte bien a ti, para ser natural.
  7. Efectivamente, no saques tiempo para estar en todas las redes. No tienes que estar en todas las redes. Ni siquiera te conviene estar en los lugares por donde no pasa tu cliente
  8. Si vendes algo u ofreces servicios, pon tu nombre en la red y verás lo que dicen de ti. Practica el egosurfing.
  9. Si no tienes tiempo para hacer nuevas tarjetas de visita, no pierdas el poco que te queda en entregar tarjetas viejas que te harán parecer descuidado.
  10. Una consulta a alguien como yo, Rocio del Cerro Comunicación te puede salir rentable. Pagarás, pero menos de lo que supone hacerlo mal.

Y por fin pregúntate, ¿entrarías en una tienda con un escaparate trasnochado, aceptarías como excusa que su dueño estuviera cansado? ¿Compras lo que no se adapta a ti por precio o por estilo de vida?  Nooooo.

Pues pon la silla, sienta tus ideas, y descansa pensando en una comunicación mejor.