Mucho recalco las bondades de la comunicación, pero también es preciso detenerse en los problemas que llevan consigo una comunicación mal planteada, y no solamente en las redes que enredan palabras y perfiles, sino en la vida real.

No vale de nada tener mucho Facebook y mucho Twitter si no tienes claras las bases de la comunicación.
Hay personas que utilizan la comunicación como munición contra otros, olvidando que las palabras pesan en lo personal y en lo laboral. Muchos hablan de la timidez como el gran problema de las relaciones, cuando aún peor es la mala educación o la incorrecta utilización del lenguaje: lo que viene llamándose, hablar por hablar, no hablar para que a una le entiendan, le comprendan, o le tengan en cuenta…
Un negocio se arregla con un apretón de manos y una palabra dada; y una relación sentimental o profesional se rompe del mismo modo por un discurso mal argumentado, peor puesto en escena, o poco acorde con los hechos.
La comunicación se vuelve munición cuando es maleducada, es incongruente, es falsa, o no sirve para explicar, argumentar o informar de nada. Cuando se basa en el sarcasmo, en la ironía inculpatoria, en el contraataque y la defensiva… cuando simplemente el otro no entiende ni papa de lo que tú le quieren contar. Cada vez son más los estudios que revelan que los humanos hablamos mucho pero no nos comprendemos, utilizamos palabras que son huecas y otras que son entendidas como balas… la munición de la comunicación de la que hablaba el título.

La comunicación por el contrario es eficaz cuando:

  • Utiliza el mismo lenguaje y metalenguaje, es decir se realiza respetando un determinado contexto
  • Se respeta los tiempos de escucha y de habla
  • Capta la atención de quien te escucha, es interesante y organizada
  • Se tolera la discrepancia y se aclara la perspectiva propia
  • Es clara, con un objetivo claro y un fin claro.
  • Te devuelve la acción que esperas.

Otra cosa, pura munición, es la comunicación del enfado. Para eso, el mejor, Aristóteles en su “Ética a Nicómaco”: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.”
Ahora sí, ahora te diré que una comunicación en las redes sociales no es buena si no consigues que te sigan, que te respondan, que tu negocio se vea reforzado en ellas… y no víctima de tu propia munición. Y es que en la vida real o en las redes una mala comunicación dispara los tiros a tu propio pie.