Somos puro cuento. Estamos más llenos de datos que de polvorones, tenemos la cabeza infoxicada de números… pero siempre tenemos hueco para conocer historias. Las historias nos encantan y nos crean recuerdo, nos ayudan a combatir el olvido, y encienden los focos sobre cualquier aspecto de nuestra vida. Cuéntame un cuento … invéntalo y verás cuál es tu capacidad de imaginación, cuál es tu riqueza de vocabulario, cuál es tu  capacidad para mantener las mentes despiertas…

Abandonamos demasiado pronto los cuentos. Pura paradoja. Sociedad de la información y de la comunicación… vivimos de contenidos… vivimos de las palabras… pero… tenemos miedo a hablar en público, no sabemos hablarnos en privado y somos un mar de dudas al presentar propuestas.

¿ Cuántas veces has jugado a ser orador? Muchas menos que a ser médico, pintora, arquitecta o peluquero.  Mucho menos que a jugar al fútbol o montar en bicicleta. Muy pocos niños juegan a ser oradores. Ninguno. Casi ninguno. Los que van para artistas y juegan a hacer representaciones son los que más practican, pierden el miedo a sobrexponerse, aprenden a ordenar ideas y hacerlas interesantes, inventan historias y adelantan sueños, revalidan su valentía cuando consiguen el aplauso de sus padres. Esos niños a los que se les dedica atención y sonrisa cuando comienzan a hacer sus pinitos quizá no lleguen a ser grandes artistas, o ni siquiera quieran serlo, pero tendrán mucho camino ganado para ser grandes oradores. Habrán hecho prácticas, corregido errores…

Te propongo que aprendas del cuento hasta que el tuyo sea tan bueno que puedas vivir de el. Cuéntate historias de un minuto, mini cuentos que hablen de temas que te atañan, que te preocupen, que te ocupen. Hazlo en alto, porque cuando hablas hacia dentro salen todas las palabras, pero no ocurre lo mismo cuando adquieren voz.

Pon cuentos en tu boca y en la de tus hijos… igual que nos preocupamos por hacerles bilingües y que practiquen inglés, o que vayan a deportes, haz lo posible porque practiquen imaginación, vocabulario y rapidez mental para inventar o reformular historias. Muchos niños tímidos han dejado de serlo haciendo teatro, muchos niños con miedos nocturnos han dejado de tenerlos cuando se han hecho dueños de sus propios monstruos y les han puesto nombre…

Hace unos años di clases de comunicación eficaz en muchos institutos y colegios de Madrid y los chicos se quejaron… de que eran pocas clases y les ayudaba mucho a desenvolverse y a estudiar. Querían más pero no haba tiempo en sus apretados temarios. Solo hablan en público para exponer trabajos sobre La Celestina, el día de la Paz o una redacción en inglés. Pero eso no es aprender a hablar en público… eso es hacer una exposición nerviosa y rápida sobre un tema en lo que más les preocupa es no hacer el ridículo y aprobar.  Esa misma trayectoria la compruebo ahora en las escuelas de negocios, gente que no sabe porque no lo ha hecho nunca o casi nunca. Y resulta que cuando se pone, le gusta. Le cuesta pero le gusta. Tienen en el móvil mil videos bailando y riendo, pero no tienen ninguno contando lo que hacen. Nunca se les había ocurrido grabarse contando lo que hacen y hasta les da corte la primera vez.  Luego lo limamos y se convierten en expertos.

No tenemos cultura de contar… contar, simplemente. Tener en cuenta al otro y hacer que nuestro mensaje llegue.

¿ Cuántas veces has pensado en ti como una empresa que hay que saber mostrar y vender? ¿Cuántas veces te has puesto a ordenar las ideas de tu propio anuncio?  ¿ Cuántas veces has pensado si me encontrara con este inversor le diría esta y esta cosa? ¿Cómo te hablas ante situaciones estresantes, cómo te explicas lo que quieres contar antes de explicárselo a los demás?  No lo haces porque te parece una patochada. Pero los grandes líderes si saben contar grandes historias, grandes cuentos… y suben, y venden, y te convencen.

 Afirman que lo de hablar en público es el miedo fundamental  que dicen sufrir los mortales. Tengo para mi que lo mismo el resultado está un poco trucado, es un miedo que da menos miedo reconocer para una encuesta ante un desconocido, pero es verdad que hablar en público da miedo porque sencillamente no sabemos.

Practica historias… pon en marcha tu imaginación, cuenta lo que haces, construye tu anuncio… Es una actividad que no necesita ni un tiempo ni un espacio, puedes realizarla mientras andas, conduces, te duchas…

Échale cuento… échate cuento. Cuando la gente viene a interesarse para recibir  cursos para aprender a hablar en público o ante los medios de comunicación se quedan sorprendidos: quince días antes de comenzar les digo… Cuéntate un cuento en voz alta para comenzar a practicar, y cuando terminan los cursos conmigo les recuerdo, hay que practicar, bienvenidos al mundo de las historias…

2019, atrévete a soñar y a poner los sueños en palabras… aprenderás a hablar en público y comprobarás que mucho de lo que sucede tiene su inicio en la historia que imaginaste.  Se hace realidad.

Ven a Rocío del Cerro Comunicacion, donde la experiencia hace magia.