1. Visualiza el éxito de tu discurso, para que quede asentado en tu subconsciente.
  2. Antes de comenzar a hablar, comienza a escuchar a la sala: cuánto tiempo llevan sentados, si hace calor, si es la hora de comer, si están cómodos, si se escucha bien.
  3. Si piensas que puedes ser invitado a tomar la palabra, empéñate en escuchar todavía mejor las características de tu audiencia. Prepara en tu cabeza una pequeña alocución de no más de tres o cuatro minutos.
  4. Ideas claras, conocimiento de la audiencia y naturalidad son las bases de un buen discurso.
  5. ¿Qué pretendes? Entretener, informar, convencer o persuadir. Fíjalo y hazlo.
  6. Que seas el centro de las miradas no significa que seas el centro del mundo. En el proceso comunicativo lo más importante es el receptor, la audiencia.
  7. Los ponentes que se creen el centro de la conversación desarrollan la sordera del ego.
  8. En la presentación calma los cerebros, da una planificación general. La gente necesita saber a qué deberá prestar atención. Necesita establecer un camino lineal.
  9. La calidad de tu discurso dependerá de la calidad de tu respiración Cuando hay miedo hay tensión y esta se come la energía y la imaginación.
  10. No sólo comunicas con tus palabras, comunicas con todo tu ser.La comunicación no verbal es la que da más datos sobre ti, cuida la coherencia entre lo que haces y dices.
  11. Tu intervención comienza desde el momento en que entras en la sala, cómo andas, te sientas, miras… el público comienza a conocerte.
  12. El orador tiene miedo al ridículo, a quedarse en blanco, a las críticas propias y ajenas. La audiencia no es un enemigo, la audiencia es el receptor de tu proceso comunicativo. Una comunidad unida puntualmente por el deseo de saber.
  13. De dos a 10 segundos para formarte la primera impresión. No hay una segunda primera impresión.
  14. La mejor improvisación es la que no existe.
  15. Concéntrate en los puntos a mejorar, practica todos los días. Cuando se tiene miedo, el tiempo que pasas sin corregirlo, lo engorda.